Por el derecho a saber qué azúcares hay en refrescos

20 noviembre, 2013 | : Etiquetado de productos, Salud nutricional

• Existe evidencia de que el jarabe de maíz de alta fructosa representa un riesgo aún mayor a la salud y los consumidores tienen el derecho saber qué tipo de endulzante tiene la bebida que consumen.

• El uso de jarabe de maíz de alta fructosa puede ser de mayor beneficio para el mercado, pero no para la salud.

• A mayor consumo de jarabe de maíz de alta fructosa mayores índices de diabetes tipo 2, según análisis realizado en 43 países, incluyendo México.
 

20 noviembre 2013. Ante la amenaza de las empresas refresqueras de que dejarán de usar azúcar de caña para usar jarabe de maíz de alta fructosa por causa del impuesto a estas bebidas, la ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA —de la que El Poder del Consumidor es parte— exigió a la Comisión Federal Para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que en el etiquetado de las bebidas se obligue a informar si contienen jarabe de maíz de alta fructosa por el mayor daño que tiene sobre la salud este compuesto, como se hace en Estados Unidos.

La ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA advirtió que además las empresas refresqueras que dieron ese anuncio ya utilizan principalmente jarabe de maíz de alta fructosa.

Xaviera Cabada, coordinadora del programa de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor señaló: “El uso de jarabe de maíz de alta fructosa puede ser de mayor beneficio para el mercado, pero no para la salud. De hecho, hay estudios que revelan que aquellos países con mayor consumo de jarabe de maíz de alta fructosa tienen mayores índices de diabetes, esto independientemente de las ingestas de azúcar de caña y peso corporal entre la población. Tal lo comprueba un análisis realizado en 43 países, incluyendo México en dónde se observa que a mayor consumo de jarabe de maíz de alta fructosa mayores índices de diabetes tipo 2.

“El consumo de altas cantidades de fructosa se ha visto asociado no sólo a aumentos de peso y diabetes mellitus tipo 2, sino también a padecimientos como resistencia a la insulina, elevación de triglicéridos en sangre, elevación de ácido úrico, colesterol, elevación de la presión sanguínea, acumulación de grasa en hígado, cálculos renales, entre otros”, señaló Xaviera Cabada, maestra en nutrición.

Por su parte, Katia García, investigadora integrante del programa en Salud Alimentaria señaló: “En México contamos con la Norma Oficial Mexicana 051 del 2010, sobre especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, la cual indica que la información contenida en las etiquetas de los alimentos y bebidas deberá ser veraz y que debe describirse y presentarse de tal forma que no induzca al error al consumidor con respecto a la naturaleza y características del producto.

“Esta NOM-051 debe estandarizarse con el Código Federal de Regulaciones de Estados Unidos del 2013, el cual establece en su apartado de etiquetado de alimentos que: ‘El nombre de un ingrediente indicado deberá ser específico y no un nombre colectivo (genérico)’”. Es decir, mientras en nuestro país se informa “azúcares” en EE UU tiene que especificarse los tipos de azúcares que contienen los productos. Nuestra propuesta es que la NOM-051 incluya que en la lista de ingredientes se especifique qué tipos de azúcares contienen los productos. Tales azúcares pueden ser: jarabe maíz de alta fructosa, jarabe de maíz, endulzante de maíz, fructosa, dextrosa, glucosa, miel, azúcar morena, sacarosa, jarabe, etc.” señaló Katia Garcia, maestra en Salud Pública.

La ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA declaró que recomendará a los consumidores evitar las bebidas azucaradas con jarabe de maíz de alta fructosa por representar un mayor daño para la salud, por tratarse de un ingrediente importado y por estar elaborado en base a maíz transgénico.

Julieta Ponce del Centro de Orientación Alimentaria (COA) afirmó que “ante la epidemia de obesidad en México es urgente la prevención, detección y atención oportuna del daño metabólico. El consumo frecuente de jarabe de maíz de alta fructosa, puede producir ‘resistencia a la insulina’, incluso en personas con niveles normales de glucosa. Más allá de las calorías o los gramos de azúcar, ahora es necesario identificar el tipo de endulzante porque el jarabe de maíz de alta fructosa baja la sensibilidad a la insulina sin sensación de saciedad en la persona, esto ha acelerado el desarrollo de hipertensión, diabetes y dislipidemia en niños y niñas con obesidad. El derecho a saber el tipo de ingrediente contenido en los productos de venta es una medida protectora de vida”.

Por su parte, Alejandro Calvillo, nuestro director de El Poder del Consumidor declaró: “Estamos pidiendo públicamente que las empresas refresqueras que se han comprometido a utilizar únicamente azúcar de caña lo informen en sus etiquetas, como es el caso de la Cooperativa Pascual Boing. El consumo frecuente de estas bebidas representa un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes. Sin embargo, existe evidencia de que el jarabe de maíz de alta fructosa representa un riesgo aún mayor y los consumidores tienen el derecho a saberlo y saber qué tipo de azúcar tiene la bebida que consumen. Lo anterior, no excluye la recomendación de que la mejor opción es hidratarse con agua y que estas bebidas, en su conjunto, no son recomendables.

La ALIANZA POR LA SALUD ALIMENTARIA recordó que es importante que se proteja a la población ante la alta exposición de ingredientes que se ha comprobado ser nocivos para la salud, como lo es el jarabe de maíz de alta fructosa.

En México se cuenta con altas producciones de caña de azúcar que se puede utilizar para endulzar los productos y alimentos, aminorando impactos en salud, que de por sí ya se presentan ante el alto consumo de azúcar, aunque sea de caña.

Sin embargo, el jarabe de maíz de alta fructosa es mucho más dañino. En México se pueden evitar los impactos que se pudiesen provocar con el consumo de este endulzante.

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Referencias:

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