Rezago en normas contra contaminación del aire

25 junio 2012. En tanto México mantiene sin actualizar sus normas que establecen los límites para los principales contaminantes del aire, el gobierno estadounidense ha decidido reducir en 20% el máximo permitido en el aire de partículas finas menores a 2.5 micras (conocidas como PM2.5), las más agresivas para la salud, con lo cual quedaría cerca del nivel que recomienda para este contaminante la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En un caso ejemplar, la Corte Federal ordenó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) que actualizara la norma oficial que regula las PM2.5, para mejorar las garantías de protección a la salud de la población.

La EPA estima que restringir los límites a la contaminación por partículas finas PM2.5 implicaría un gasto de $69 millones de dólares pero generaría un beneficio de $5,900 millones de dólares, es decir, una retribución de $30 a $86 dólares por cada dólar invertido en el control de la contaminación. Los beneficios son directos en la salud, incluyendo la disminución de las tasas de mortalidad, menor número de incidentes por ataques cardíacos, afectaciones cerebrovasculares y por asma infantil.

Las asociaciones civiles Red por los Derechos de la Infancia (Redim), Bicitekas y El Poder del Consumidor advirtieron que, por su tamaño, estas partículas microscópicas pueden penetrar profundamente en los pulmones y la documentación médica las relaciona con efectos graves para la salud, incluyendo la muerte prematura, infartos y derrames cerebrales, así como la bronquitis aguda y el asma agravada entre los niños.

“En México, la Comisión Federal de Protección contra los Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha dilatado el proceso de actualización de las normas mexicanas, ha argumentado que los parámetros en nuestro país están alineados con la EPA y ha desestimado públicamente los límites sugeridos por la OMS. Ahora, esta decisión de la EPA demuestra que tales argumentos sólo rezagan a México cada vez más a escala mundial, en perjuicio de la población”, señaló Gerardo Moncada, nuetro director de Campañas Públicas en El Poder del Consumidor.

En el caso estadounidense destacan varios aspectos, útiles para la experiencia mexicana:

• La actualización de la norma estadounidense fue demandada por grupos ciudadanos preocupados por el impacto de la contaminación ambiental en la salud pública. Ellos iniciaron un proceso legal que llevó a un juez a ordenar a la EPA que actualizara la normatividad. En México, varias organizaciones civiles han expresado su preocupación por la laxitud de las normas que fijan los límites permitidos de contaminantes en el aire y están demandando la actualización de dichas normas.

• La EPA llevaba ocho años sin actualizar la norma estadounidense para PM2.5, a pesar de la que ley le obliga a hacerlo cada cinco años; por ello, el juez no dudó en establecer su fallo. En México, las normas deben ser actualizadas también cada quinquenio, pero la Cofepris no ha actualizado la norma de ozono desde 2002, la de partículas desde 2005, la de dióxido de nitrógeno desde 1994 y la de monóxido de carbono desde 1994.

• El límite anual permitido en Estados Unidos para partículas PM2.5 es de 15 microgramos por metro cúbico. La EPA anuncia que podría bajar a 12 (una reducción de 20%), para quedar sólo dos unidades arriba del límite recomendado por la OMS (10 microgramos). En México, los límites máximos permitidos para contaminantes atmosféricos superan de 50% a 160% lo recomendado por la OMS. El caso extremo es la norma de dióxido de azufre, actualizada en 2010 para quedar 1,340% arriba del máximo recomendado por la OMS.

• La orden de la Corte estadounidense especificó que la actualización de la norma de PM2.5 debía basarse en “la mejor ciencia disponible”; el 15 de junio la EPA declaró que su propuesta de actualización se basó en un extenso cuerpo de evidencia científica que incluye miles de estudios, muchos de los cuales “demuestran que los impactos negativos en la salud se dan a niveles más bajos de contaminantes de lo que se sabía anteriormente”. En México, especialistas, funcionarios y académicos han señalado que debido a esa misma evidencia es urgente actualizar las normas mexicanas y adoptar los parámetros sugeridos por la OMS.

En México mueren en forma prematura 14,700 personas cada año debido a enfermedades asociadas a la contaminación atmosférica, según datos de la OMS. Los inventarios de emisiones oficiales indican que la principal fuentes de esta contaminación son los automotores.

La exposición crónica a la contaminación del aire, de acuerdo con los estudios médicos, se asocia con el incremento de problemas cardiovasculares y respiratorios, con diversos tipos de cáncer, con problemas del sistema nervioso, con nacimientos prematuros, retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, síndrome de muerte temprana y mortalidad infantil. Estas enfermedades afectan a millones de mexicanos que viven en las ciudades mexicanas.

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