La industria automotriz vs. los consumidores mexicanos

8 noviembre 2012. Con una intensa campaña mediática, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMDA) se ha puesto la piel de cordero para convencer a la opinión pública de que México no necesita la Norma de Eficiencia Energética para automóviles nuevos que actualmente está en proceso de aprobación, aunque se trate de una normatividad más laxa que la que está en vigor desde hace años en Japón y Europa, e incluso menos ambiciosa que la que entró en vigor en agosto pasado en Estados Unidos.

¿Por qué las empresas automotrices no quieren reglas de operación, por mínimas y laxas que sean? Quizá porque confían en que lograrán modelar a su conveniencia el mercado mexicano, a pesar de la tenaz resistencia que han mostrado los consumidores.

No ha bastado con que las empresas automotrices no informen en los puntos de venta de México cuál es el rendimiento de cada vehículo y cuál es el volumen de emisiones contaminantes (como sí lo hacen en los principales mercados extranjeros). Desde 2010 los compradores han intensificado su preferencia por vehículos con mayor rendimiento.

De esa manera, el promedio de rendimiento, que entre 2005-2009 había descendido de 12.2 a 11.8 kilómetros por cada litro de combustible, logró repuntar a 12.3 km/l en 2010 y llegó a 13.1 km/l en el año 2011.
No obstante esa clara expresión de las preferencias de los consumidores, hemos constatado que cada año las empresas automotrices concentran sus esfuerzos de mercadotecnia en promover los vehículos de bajo rendimiento y con las mayores emisiones contaminantes, los cuales no son los más vendidos en México.

Aunque los pronósticos para 2010 de la AMDA estimaban que la venta de las camionetas superaría al segmento de autos compactos (Reporte Mercado Interno Automotor, dic. 2009), los consumidores decidieron lo contrario: ese año las ventas de autos compactos fueron de 220,698 unidades mientras las SUV se quedaron en 166,501 unidades.

En vez de reconocer esa tendencia, las empresas Toyota, General Motors, Ford, Chrysler, Nissan, Honda, Mercedes Benz y Land Rover, entre otras, incrementaron a finales de 2010 y principios de 2011 la promoción de vehículos con un rendimiento menor a 12 km/l.

Sus esfuerzos publicitarios se centraron en las siguientes camionetas:

• Yukon, Sierra, Acadia (General Motors Company);
• Jeep Patriot, Cheyenne (Chevrolet);
• Lobo, Escape, Edge (Ford);
• Pathfinder, Armada, Xterra, Xtrail, Rogue, Murano, Frontier, Titan (Nissan);
• ML63AMG (Mercedes Benz);
• Odyssey (Honda);
• Land Cruiser 204 (Toyota);
• Cayenne (Porsche); Enclave (Buick); y
• Range Rover (Land Rover).

A pesar del incesante bombardeo mediático, más de la mitad de las ventas anuales se ha orientado hacia los autos compactos y subcompactos, lo cual ha elevado el rendimiento promedio de la flota vehicular y ha generado ahorros a los consumidores. Con el rendimiento promedio de los autos nuevos vendidos en 2011 (13.1 km/l), durante el año 2012 los propietarios de esos automóviles gastarán en promedio $12,492 pesos en gasolina, lo que representa un ahorro sustancial sobre las camionetas que rinden 7 km/l cuyo consumo anual de gasolina ascenderá a $23,433 pesos (cálculos realizados sobre la base estándar de que un vehículo recorre 15,000 km al año).

Todos los países que han adoptado una norma oficial de eficiencia energética han propiciado que la industria produzca automóviles cada vez más eficientes, lo cual ha ampliado los márgenes de ahorro para los consumidores. (El margen es mucho mayor con el grupo de automóviles que rinden 17 o más km/l en ciudad, cuyo gasto anual es inferior a $10,000 pesos.)

Es evidente que la tendencia del mercado mexicano va en el camino de los vehículos con mayor rendimiento. Según las estadísticas de la AMDA, entre enero y agosto de 2012, cuatro de los 10 modelos más vendidos fueron subcompactos (Aveo, Tsuru, Spark y March) y cuatro fueron compactos (Versa, Jetta Clásico, Tiida Sedán y Nuevo Jetta).

En ese sentido, la Norma de Eficiencia energética ofrecerá una garantía base a los compradores de automóviles nuevos, respecto al gasto que realizarán en gasolina. De hecho, se estima que el ahorro en combustible, a lo largo de la vida útil del vehículo, podría ascender a $46,000 pesos.

Además, los incrementos mensuales al precio de la gasolina impactan menos a los vehículos eficientes. Por ejemplo, los vehículos que rinden 5 km/l gastarán este año un promedio de $32,730 pesos en combustible, de lo cual $1,800 pesos corresponderán a los incrementos del precio de la gasolina. En cambio, los vehículos que rinden 17 km/l gastarán $9,622 pesos en gasolina, donde sólo $510 pesos corresponderán a los «gasolinazos».

Los ahorros adquieren relevancia incluso para el mercado automotriz, porque aligeran la presión financiera sobre los compradores de automóviles, ya que 52% de ellos están adquiriendo su vehículo mediante planes de financiamiento.

Lograr que México NO tenga una norma de eficiencia para automóviles nuevos complacerá a las casas matrices de las armadoras, pero tendrá a un claro perdedor: el consumidor mexicano.

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Artículo de Alejandro Calvillo, nuestro director de El Poder del Consumidor, con la colaboración de Gerardo Moncada, nuestro director de Transporte eficiente y Calidad del aire, publicado en EmeEquis > ir

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